“Cultiva tu jardín de sueños con la paciencia de un ermitaño y la audacia de un guerrero.”

Esta metáfora compara el proceso de alcanzar metas con el cuidado de un jardín, requiriendo tanto dedicación a largo plazo como la valentía para protegerlo.

Un ermitaño dedica años a cuidar un pequeño huerto, sembrando con fe y esperando la cosecha. Un guerrero, por otro lado, defiende su territorio con tenacidad. Tú debes ser ambos: paciencia para nutrir tus aspiraciones día a día, y audacia para enfrentarte a los desafíos que amenazan tus sueños.

Cada día es una oportunidad para regar una semilla, protegerla del viento y observar cómo florece tu cosecha.