“Que la vitalidad de tu espíritu sea el viento que impulse tu nave diaria.”

Esta imagen poética nos habla de la importancia de mantener un espíritu vibrante y lleno de vida. Esa vitalidad es el motor que nos empuja, el viento que hincha las velas de nuestra barca cotidiana, permitiéndonos navegar con rumbo.

No permitas que la rutina o las dificultades apaguen esa llama. Cultiva tu energía interior. Es esa fuerza motriz la que te dará el impulso necesario para afrontar cada día con entusiasmo y dirección, como un velero que se desliza con gracia sobre el agua.