“No esperes la tormenta perfecta para plantar tu semilla de cambio.”

La vida nos presenta momentos de oportunidad que rara vez llegan en condiciones ideales. La perfección es una ilusión que puede paralizar la acción. La verdadera inspiración radica en la valentía de actuar con lo que se tiene, donde se está.

Piensa en un agricultor que, a pesar de un cielo nublado, decide sembrar. Ese arrojo es el motor que impulsa el crecimiento. Este aliento se activa cuando comprendemos que cada día es una invitación a dar ese primer paso, a iniciar ese proyecto, a hacer esa llamada. La siembra de hoy es la cosecha de un futuro que, de otro modo, nunca florecería.