“Deja que tu espíritu sea el faro que ilumine tu propio océano.”

En medio de la vastedad y la incertidumbre, tu espíritu es tu guía más confiable. No necesitas que otros enciendan luces para ti; tú posees la llama. Usa esa energía interior, esa chispa de vida, para navegar tus aguas. La autoluminosidad es el impulso más puro para encontrar tu rumbo y disipar la niebla del desánimo.