“No es la ausencia de miedo lo que te impulsa, sino la valentía de actuar a pesar de él.”

No es la ausencia de miedo lo que te impulsa, sino la valentía de actuar a pesar de él. El miedo es una sombra natural que acompaña a los desafíos, pero no debe ser una cadena que te inmovilice. La verdadera fortaleza reside en reconocerlo y, aun así, dar el salto.

Imagina que estás al borde de un puente. El miedo te susurra al oído, advirtiéndote de la altura y el vacío. Pero la motivación te da un empujón, recordándote la vista espectacular que te espera al otro lado. Es la decisión consciente de avanzar, no la inexistencia de ese vértigo.

Este estímulo diario te anima a reconocer que la audacia no es la falta de temor, sino la determinación de seguir adelante. Cada vez que enfrentas un obstáculo con coraje, forjas una armadura de resiliencia que te fortalecerá para los días venideros.