“Que cada error sea una chispa que encienda una nueva idea, no una brasa que apague tu impulso.”

Esta perspectiva innovadora sobre los fallos nos anima a verlos como catalizadores de creatividad y aprendizaje. La frase es un impulso para la resiliencia y la experimentación.

Piensa en el proceso de descubrimiento de la bombilla. Cada intento fallido no era un fracaso, sino una chispa que acercaba a la solución, descartando lo que no funcionaba y encendiendo nuevas vías de pensamiento.

La inspiración radica en transformar la decepción en impulso. Al reinterpretar los errores como lecciones valiosas, liberamos la energía que de otro modo se desperdiciaría en la autocrítica, permitiendo que la creatividad florezca.