“Deja que tu empuje sea la savia que nutre el árbol de tu potencial.”

Tu potencial es como un árbol esperando crecer, florecer y dar fruto. La motivación diaria actúa como la savia, ese líquido vital que asciende desde las raíces y recorre cada rama, nutriendo cada hoja y cada futuro fruto.

Sin esa savia, el árbol languidecería. De igual manera, sin un empuje constante, tu potencial puede quedar latente. Cada acto de motivación, cada pequeño paso adelante, es una infusión de esa savia, asegurando que tu árbol interno crezca fuerte, resiliente y capaz de alcanzar nuevas alturas y producir abundantes cosechas.