“Cultiva tu llama interior; su brillo disipa las sombras.”

Todos poseemos una llama interior, una fuente de pasión y propósito que, cuando se cultiva, tiene el poder de iluminar incluso los rincones más oscuros de nuestra experiencia. La motivación diaria es el acto de avivar esa llama, de alimentarla con acciones y pensamientos positivos.

Piensa en las noches estrelladas. La luz de las estrellas, aunque lejana, es suficiente para guiarnos en la oscuridad. Tu llama interior, avivada por la motivación, funciona de manera similar. Te proporciona la claridad y la dirección necesarias para superar los obstáculos, disipando las dudas y los miedos que puedan aparecer en tu camino.