“Despierta con el sol interior, no esperes a que el mundo dicte tu amanecer.”

Esta frase nos invita a ser los arquitectos de nuestro propio impulso, a no depender de las circunstancias externas para sentirnos vivos y capaces. Es un llamado a encender esa chispa interna, ese fuego sagrado que nos impulsa a crear, a soñar y a actuar.

Imagina que cada día es un lienzo en blanco. En lugar de esperar a que la luz del sol ilumine el estudio y te dicte qué pintar, tú agarras el pincel al primer destello de tu propia voluntad. Es la autonomía del espíritu, la capacidad de generar tu propia energía creativa y dirigida hacia tus metas.