“La chispa de la acción está oculta en la quietud de la espera; enciéndela.”

Este llamado es a no sucumbir a la inercia. La energía para avanzar no surge de la pasividad, sino del acto de iniciar, de dar ese primer empujón. La espera puede ser fértil si se acompaña de la decisión de actuar.

Es como una semilla latente bajo la tierra. Requiere un estímulo para germinar. Tu voluntad de empezar, de mover un solo músculo, de pronunciar la primera palabra, es esa chispa que enciende la maquinaria del progreso. No esperes el momento perfecto; créalo con tu propia iniciativa.