“Tu resiliencia es el tatuaje de las batallas que te han fortalecido.”

Esta frase presenta la resiliencia no como una cualidad que evita el daño, sino como la marca imborrable de la superación y el crecimiento personal.

Piensa en un guerrero o un atleta que ha pasado por innumerables competencias y duelos. Las cicatrices y los tatuajes que llevan son testimonios físicos de su lucha y de su capacidad para levantarse una y otra vez. De manera similar, nuestra "resiliencia" es como un "tatuaje" en el alma, grabado por las "batallas" que hemos enfrentado: los desafíos, los fracasos, los momentos difíciles. Cada uno de estos eventos, al ser superado, nos ha "fortalecido", dándonos una energía y una sabiduría que no se obtienen sin haber experimentado la adversidad.

Este estímulo nos recuerda que las pruebas de la vida son, en última instancia, fuentes de poder.