“Tu resiliencia es la armadura forjada en el fuego de los desafíos pasados.”

Cada adversidad que has enfrentado ha templado tu carácter, otorgándote un impulso inquebrantable.

Considera tus experiencias difíciles como el proceso de forjar metal. El calor intenso y los golpes repetidos no son para destruir, sino para dar forma y fortalecer. Tu capacidad para recuperarte es la prueba de que esa armadura está bien hecha, lista para protegerte en futuras batallas. La energía que extraes de tus luchas es tu mayor fortaleza.