“La constancia es el eco silencioso que construye imperios desde la disciplina.”

Los grandes monumentos y las sociedades prósperas no se forjan en un instante, sino a través de la perseverancia y el impulso constante.

Imagina a un monje budista que, con infinita paciencia, dedica su vida a pulir una sola piedra hasta que brilla con una luz propia. Tu disciplina diaria es ese pulido.

Abraza la constancia, incluso en las tareas más humildes. Ese ánimo sostenido, esa disciplina silenciosa, es lo que construye la base sólida de tus mayores logros.