“Siembra gratitud en el jardín de tu jornada; cosecharás la energía para seguir adelante.”

En la vorágine de las tareas, es fácil olvidar agradecer. Este impulso diario nos invita a detenernos y reconocer las bendiciones, grandes y pequeñas. La gratitud es un fertilizante poderoso que nutre nuestra alma, revitalizando nuestra energía y proporcionándonos el aliento necesario para continuar nuestro camino con una perspectiva más luminosa y agradecida.