“Que la resiliencia sea tu armadura, forjando en cada desafío un temple más fuerte para tu espíritu.”

Las pruebas de la vida no buscan quebrarte, sino endurecerte. Cada adversidad superada es una lección invaluable que fortalece tu carácter y te prepara para lo que venga.

Este aliento se encuentra en la capacidad de levantarse después de cada caída. Piensa en ti mismo como un guerrero que, tras cada batalla, afila su espada. Tu fortaleza se forja en la resiliencia.