“Despierta con el combustible de la ambición y la chispa de la acción.”

Cada mañana, al abrir los ojos, puedes elegir qué tipo de combustible quieres para tu motor interno. La ambición es ese combustible de alto octanaje que te hace desear más, que te empuja más allá de tus límites. Pero sin la chispa de la acción, esa chispa que enciende el motor, la ambición se queda en un anhelo.

Piensa en un explorador a punto de emprender un viaje desconocido. Tiene el mapa (la ambición), pero necesita la chispa para encender la brújula y dar el primer paso. Esa chispa es la decisión consciente de actuar, de moverse, de poner en marcha el plan. Es el estímulo para convertir el deseo en realidad.