“Desafía la gravedad de tus dudas con la ligereza de tu fe.”

Las dudas pueden ser anclas pesadas que te retienen en el puerto de la inacción. La motivación diaria se encuentra en la ligereza de la convicción.

Imagina que tu fe es el aire que infla tus velas. Si te dejas atrapar por el peso de las preocupaciones y los "qué pasaría si", tu embarcación permanecerá inmóvil. Pero si confías en la dirección y permites que la esperanza llene tus velas, podrás navegar incluso contra vientos contrarios. El impulso se libera cuando despegas.