“El motor de tu día no reside en el destino, sino en la cadencia de tus pasos, en la <em>inspiración</em> que cosechas a cada instante.”

A menudo nos enfocamos tanto en la meta final que olvidamos la riqueza del camino. Sin embargo, la verdadera fuerza, el "motor de tu día", se enciende con la calidad de tu movimiento, no solo con la llegada.

La "cadencia de tus pasos" es el ritmo de tu esfuerzo, la constancia con la que avanzas. Cada movimiento, cada acción, genera una energía acumulativa. Es como un corredor que encuentra su ritmo; el impulso crece con cada brazada.

Y la "inspiración que cosechas a cada instante" son esas pequeñas victorias, esos momentos de aprendizaje, esas conexiones humanas que nutren tu espíritu. No subestimes el poder de estar presente y receptivo. Es el combustible que mantiene tu motor rugiendo, sin importar la distancia que te falte.