“Que la gratitud sea el sol que nutre tu espíritu, haciendo florecer la resiliencia y la disposición para afrontar el día.”

El sol, con su calidez constante, tiene el poder de hacer que hasta la tierra más árida reverdezca. De igual manera, la gratitud actúa como ese sol para tu espíritu. Cuando reconoces y valoras las bendiciones, por simples que sean, tu interior se nutre. Esto hace que florezca la resiliencia, esa capacidad de recuperarte ante la adversidad, y aviva tu disposición para enfrentar cada nueva jornada con una actitud positiva y proactiva.