“Transforma la resistencia en ritmo; encuentra tu compás en el esfuerzo.”

Cuando las cosas se ponen difíciles, es fácil sentir que chocamos contra un muro. La motivación diaria nos anima a cambiar esa percepción: la resistencia puede ser el preludio de un ritmo propio, un impulso que nos permita avanzar con fluidez.

Imagina a un bailarín aprendiendo una coreografía compleja. Al principio, los movimientos son torpes y la resistencia al patrón es alta. Pero con práctica, la resistencia se convierte en ritmo. La energía de la perseverancia te ayuda a encontrar tu propio compás en el esfuerzo. Sigue el compás.