“Despierta con la chispa que enciende tu propósito, no con la ceniza del ayer.”

La jornada que comienza no debería arrastrar el peso de lo que fue, sino encenderse con la energía renovada de tus aspiraciones. Este pensamiento es un llamado a liberarte de las sombras del pasado y a abrazar la luz de tus metas presentes, encontrando el impulso para actuar.

Considera un faro que, cada noche, proyecta su haz de luz sin importar las tormentas que haya soportado. Su función es guiar. Tú también tienes una luz interior, un propósito que te guía. Deja que ese fuego, esa inspiración intrínseca, sea lo que domine tu despertar, disipando cualquier rastro de melancolía o indecisión.