“Tu espíritu es una hoguera que no se apaga; avívala con la llama de tu convicción y que su luz te ilumine.”

Esta frase nos recuerda la fuerza intrínseca y la resiliencia del espíritu humano. La motivación diaria consiste en mantener viva esa llama interna.

Piensa en tu espíritu como una hoguera que arde eternamente, alimentada por tu convicción y tu propósito. Incluso en los momentos de oscuridad, esa llama sigue presente, esperando ser avivada.

Cada mañana, haz un esfuerzo consciente por nutrir esa hoguera. Recuérdate tus valores, tus metas, aquello que te impulsa. El estímulo de hoy es sentir el calor de tu convicción, dejando que su luz te guíe y te proteja de las sombras.