
“La chispa inicial de la acción se enciende en la quietud interior.”
Antes de lanzarnos al torbellino de actividades, es crucial encontrar un remanso de paz dentro de nosotros mismos. Es en esa serenidad donde reside la verdadera inspiración, la chispa que prende la mecha de nuestro potencial.
Considera un volcán adormecido; su poder latente se concentra en su interior antes de la erupción. De manera similar, nuestras mañanas pueden ser ese momento de gestación, donde nutrimos la determinación que luego se manifestará en actos concretos. Es un estímulo silencioso que prepara el camino para grandes realizaciones.