
“Conecta con tu "por qué" y el día se desplegará.”
Tener una razón, un propósito que te impulse, es como tener las coordenadas exactas para un viaje. Te da la dirección y el motivo para seguir adelante, incluso cuando el camino se vuelve incierto.
Este impulso trascendental, ese "¿por qué lo hago?", es la savia que nutre tu motivación. Es la fuerza que te levanta cuando la energía flaquea.
Permite que tu propósito sea el sol que ilumine tu jornada, dándole sentido a cada instante y expandiendo tu potencial.