“Enciende la chispa del propósito y deja que ilumine cada instante.”

A menudo buscamos una gran motivación externa, pero la verdadera fuerza reside en nuestro propio propósito. Tener un "por qué" claro nos da dirección.

Imagina que cada día es una vela y tu propósito es la llama. Cuando tienes un propósito definido, esa llama arde con intensidad, iluminando cada tarea y cada desafío. Este ánimo nace de la conexión con lo que te mueve, convirtiendo cada momento en una oportunidad para avanzar.