
“Conviértete en el arquitecto de tu propia voluntad, erigiendo cada acción con la solidez de tus propósitos.”
Tu jornada diaria es como una obra de construcción, donde cada decisión y cada acción son los ladrillos y el cemento que dan forma a tu realidad. El impulso proviene de la claridad de tus propósitos, de saber qué quieres construir. Sé el arquitecto meticuloso de tu voluntad, asegurándote de que cada componente de tu día esté firmemente anclado en tus objetivos.