“El eco de tu valentía resonará más fuerte que el murmullo del miedo.”

En el campo de batalla de nuestros días, el miedo es un susurro persistente que busca robarnos la confianza. Sin embargo, la valentía no es la ausencia de temor, sino la decisión de actuar a pesar de él. Tu determinación es la trompeta que debe ahogar ese murmullo.

Imagina una pequeña llama que, al soplar con fuerza, se convierte en un fuego inextinguible. Cada acto de coraje diario es esa llama que crece. El estímulo para seguir adelante se encuentra en recordar que las decisiones tomadas con audacia tienen un poder transformador mucho mayor que la inacción nacida de la aprensión.