“Que tu sonrisa sea el faro que ilumine tu día y contagie su luz a quienes te rodean.”

Una actitud positiva es contagiosa. Tu propia alegría puede ser una fuente de energía para ti y para los demás. Elige ver el lado bueno de las cosas, y permite que tu optimismo sea un estímulo que disipe las sombras.

Piensa en tu ánimo como una lámpara encendida. Si la mantienes viva y brillante, no solo te guiará a ti, sino que también ofrecerá un haz de luz a aquellos que navegan en la penumbra. Tu energía positiva es un regalo para el mundo.