“El bienestar es el arte de nutrir la propia alma con silencios conscientes y momentos de asombro.”

En la vorágine de la vida moderna, el silencio se ha vuelto un bien preciado. El bienestar profundo surge de crear espacios para la quietud, donde podemos reconectar con nosotros mismos y con la belleza que nos rodea. Es como un pozo de agua cristalina en medio del desierto; nutre y revitaliza. Dedicar tiempo a contemplar una puesta de sol, a escuchar el canto de los pájaros o simplemente a respirar profundamente, son actos de autocuidado que nutren el alma y cultivan una profunda sensación de dicha.