“La alegría no es un destino, sino el arte de bailar bajo la lluvia, incluso cuando el cielo amenaza con tormentas.”

Este dicho evoca la resiliencia como pilar de la felicidad. No se trata de evitar las dificultades, sino de encontrar la manera de mantener el espíritu ligero y optimista frente a ellas. Es la capacidad de seguir adelante con una sonrisa, de ver la belleza incluso en la adversidad, y de recordar que cada día, a pesar de todo, tiene el potencial de brindarnos satisfacción.