“Encontrar placer en la imperfección es el secreto de la dicha perpetua.”

A menudo, la búsqueda de la perfección nos aleja de la felicidad, creando un ciclo interminable de insatisfacción.

Imagina una roca pulida por el río, con todas sus irregularidades y marcas. Esas peculiaridades le dan su carácter y belleza única. De igual modo, nuestras imperfecciones, lejos de ser defectos, son parte de nuestra historia y aprendizaje.

Abrazar estas "imperfecciones" con alegría, ver el bienestar en la experiencia de lo imperfecto, es lo que nos libera de la tiranía del ideal y nos permite saborear una felicidad más auténtica y duradera.