“Un alma en paz es un oasis donde la alegría se regocija.”

Un alma en paz es un oasis donde la alegría se regocija.

Imagina un desierto vasto y árido, y de pronto, encuentras un oasis exuberante. Ese remanso de frescura y vida es lo que representa un alma en paz. Cuando logramos silenciar el ruido interno, las preocupaciones constantes y las ansiedades, creamos un espacio sagrado donde la felicidad puede echar raíces profundas y florecer.

Esta paz interior no es la ausencia de problemas, sino la capacidad de mantener la serenidad ante ellos. Es permitir que la alegría se manifieste no como una explosión, sino como una corriente subterránea que nutre constantemente, un bienestar que no requiere de condiciones externas para existir.