“La verdadera riqueza se mide en instantes de puro regocijo.”

Olvida las posesiones materiales; la riqueza que verdaderamente importa es la que se acumula en el cofre de los recuerdos felices. El regocijo, esa chispa de pura alegría, es la moneda de cambio más valiosa.

Piensa en esos momentos en que sentiste una satisfacción tan profunda que el tiempo pareció detenerse. Esos instantes de bienestar, esos destellos de gozo, son los verdaderos pilares de una vida plena. Acumula experiencias, colecciona sonrisas, y encontrarás una fortuna inagotable.