“La dicha se descubre no al acumular, sino al desaprender el apego, liberando el alma para volar.”

Nuestra tendencia a aferrarnos a cosas, personas o ideas puede ser una carga pesada.

La dicha se revela cuando nos desprendemos de esos anclajes innecesarios, permitiendo que nuestro espíritu se eleve libremente.

Es como soltar las amarras de un barco para navegar hacia aguas más claras y amplias, donde el viento de la felicidad nos impulse.