“La alegría es un acto de valentía, el coraje de brillar incluso cuando las sombras acechan.”

No sucumbas a la tentación de apagar tu luz cuando la vida se vuelve oscura. La verdadera alegría no es la ausencia de miedo, sino la audacia de seguir riendo, amando y viviendo plenamente a pesar de él.

Piensa en una luciérnaga en la noche más profunda. Su brillo no disminuye por la oscuridad circundante; al contrario, se vuelve más notorio, un faro de esperanza. Tú también puedes ser esa luz.

Permite que tu espíritu se alce, que tu risa resuene, que tu optimismo sea un acto de rebelión contra la melancolía.