“Abraza el gozo efímero de cada experiencia vital.”

La vida es un mosaico de momentos, algunos brillantes y otros tenues. En lugar de aferrarnos a la ilusión de una felicidad perpetua, aprendamos a disfrutar la fugacidad de cada experiencia. El placer reside en el saborear el instante, reconociendo su belleza transitoria. Es como apreciar la delicadeza de una flor que solo vive un día; su corta vida realza su esplendor.