“El gozo es la semilla que germina en la tierra fértil de la auto-aceptación.”

Solo cuando dejamos de luchar contra nosotros mismos y aceptamos nuestras imperfecciones, creamos el terreno propicio para que el gozo florezca. La auto-aceptación es el abono que nutre la semilla del deleite.

Imagina un jardín donde solo crecen las flores perfectas. ¿Qué pasaría si aceptáramos también las plantas con formas inusuales o colores inesperados? El gozo se multiplica al abrazar la totalidad de nuestro ser, con sus luces y sombras.