“Serenidad: el placer de ser tú mismo, sin el ruido del deber ser.”

La serenidad es un regalo que nos hacemos al liberarnos de las expectativas ajenas y de las autoimpuestas. Es el puro placer de existir, de encarnar nuestra propia verdad sin el constante murmullo del "debería ser".

Piensa en un músico que deja de intentar interpretar la partitura de otro para improvisar su propia melodía. Esa libertad de expresión, esa autenticidad, es la esencia de la serenidad. Es permitirse ser, sin filtros, sin máscaras, descubriendo la satisfacción intrínseca en esa pura existencia.