“El gozo se esconde en las pequeñas cosas, como la risa de un niño o el silencio de un atardecer.”

La verdadera felicidad no siempre está en los grandes logros o en las grandes posesiones. Muchas veces, el gozo se encuentra en lo pequeño, en lo simple. El sonido de la lluvia, el aroma de la tierra después de la tormenta, la mirada sincera de un amigo, todo eso es la felicidad.

Al detenernos y observar, encontramos que lo que realmente importa no es lo grandioso, sino lo cotidiano. La vida está llena de pequeños momentos que, si los apreciamos, nos llenan de felicidad.

La felicidad no está en lo lejano, sino en lo cercano, en lo que ya tenemos a nuestro alrededor.