“El placer sutil se esconde en las sinfonías de lo cotidiano.”

No siempre la felicidad grita; a veces susurra en los detalles. Piensa en la calidez de una taza de té en una mañana fría, en el olor de la lluvia sobre la tierra seca, o en una conversación sincera con un ser querido. Estos momentos, a menudo pasados por alto en la búsqueda de grandes epifanías, son los hilos de oro que tejen una vida plena. Son las notas bajas y armoniosas de una gran composición musical.