“El arte de vivir es equilibrar las sombras con las luces, encontrando placer en ambas para la dicha.”

La vida no es una sucesión perpetua de amaneceres. Las sombras y las dificultades son partes intrínsecas del lienzo. La verdadera maestría reside en aprender a encontrar satisfacción incluso en la penumbra.

No se trata de ignorar el dolor, sino de extraer lecciones y fortaleza de él, descubriendo un gozo resiliente. Cada desafío superado es una pincelada que enriquece la obra final, culminando en una dicha más profunda.