“La vivacidad interior es el reflejo de un corazón que se atreve a bailar bajo la lluvia de los desafíos.”

Vivacidad interior no es ausencia de problemas, sino la chispa de optimismo que persiste incluso cuando el cielo se nubla. Imagina a alguien que, ante una tormenta, no se esconde, sino que sale a sentir las gotas y a girar con ellas. Esa es la persona que ha descubierto que la vida, con sus altibajos, es un lienzo para expresar la propia vitalidad y encontrar un gozo resiliente.