
“La dicha se cultiva en la tierra fértil de la autocompasión”
Ser amables con nosotros mismos, especialmente en los momentos de dificultad, es fundamental para nutrir nuestra felicidad. La autocompasión nos permite sanar, aprender y seguir adelante con un corazón más ligero. Es como regar una planta herida con agua fresca y sol, dándole la oportunidad de florecer de nuevo.