
“La serenidad es el murmullo de la satisfacción interior”
En el bullicio del mundo, encontrar la calma es un acto de profunda sabiduría. Esta serenidad no es la ausencia de ruido externo, sino la quietud que emana del centro de nuestro ser, un eco constante de contentamiento. Es como escuchar una melodía suave y constante bajo la tormenta, una música interna que nos recuerda que, más allá de las turbulencias, existe un espacio de paz y plenitud.