“La dicha no es un destino, sino el murmullo constante de la gratitud en el alma.”

La verdadera plenitud se encuentra al reconocer y apreciar las pequeñas maravillas que nos rodean a diario. No es algo que esperamos encontrar al final de un largo camino, sino una melodía que podemos escuchar en el presente si afinamos nuestro espíritu. Piensa en el sol acariciando tu rostro, el sonido de la risa de un ser querido, o la simple calma de un respiro profundo; esos son los compases de la dicha.