“La felicidad es el eco de un alma en armonía consigo misma.”

Esta frase sugiere que la verdadera dicha no proviene de fuentes externas, sino de un estado interno de equilibrio y paz. Es como el resonar suave de una campana bien afinada, cuyo sonido perdura y llena el espacio con su pura vibración.

Cuando nuestras acciones, pensamientos y deseos se alinean, creamos una sinfonía interna. Es esa dulce melodía la que percibimos como bienestar y satisfacción profunda, un gozo que emana desde nuestro ser más íntimo, independiente de las circunstancias pasajeras del mundo exterior.