“Encuentra el placer en la quietud de tu propio ser, pues ahí reside el manantial inagotable de tu dicha.”

Esta frase nos invita a buscar la felicidad no en el exterior, sino en la profundidad de nuestro propio interior.

En la quietud, cuando el ruido del mundo se desvanece, podemos conectar con nuestro yo más auténtico, descubriendo una fuente de gozo que no depende de circunstancias externas. Es como encontrar un oasis secreto en el desierto; la paz y la serenidad que residen en nuestro interior son un manantial constante de bienestar. Esa conexión íntima es la clave para una dicha sostenida.