“El gozo reside no en acumular, sino en apreciar la belleza de cada instante.”

Esta frase nos invita a reconsiderar nuestra percepción de la dicha. A menudo, la asociamos con la acumulación de bienes materiales o el logro de grandes metas.

Sin embargo, la verdadera alegría, la profunda satisfacción que perdura, se encuentra en la capacidad de valorar las pequeñas cosas: un amanecer, una conversación sincera, un acto de bondad.

• Es un cambio de enfoque: dejar de buscar fuera lo que ya reside dentro.
• Cultivar la gratitud, el bienestar que surge de reconocer lo afortunados que somos, incluso en medio de las dificultades.

En definitiva, la verdadera dicha no se persigue, sino que se descubre al abrazar el presente y apreciar la belleza que nos rodea.