“La dicha es el reflejo de un corazón que elige la esperanza sobre el miedo.”

El miedo tiende a contraer nuestro mundo, limitando las posibilidades de experimentar la plenitud.

Elegir la esperanza, esa luz que guía incluso en la oscuridad, es lo que permite que la dicha se manifieste como un reflejo en un espejo limpio. Es un acto de valentía que abre el camino a un gozo resiliente, a un bienestar que no se quiebra ante la adversidad. Imagina un navegante que, a pesar de la tormenta, mantiene su rumbo guiado por las estrellas; esa convicción trae consigo una profunda satisfacción, una dicha intrínseca.