
“El bienestar florece en el jardín de la gratitud.”
Cultivar la gratitud es como sembrar semillas de dicha en un terreno fértil. Cada vez que reconocemos y valoramos lo que tenemos, por pequeño que sea, abrimos espacio para que la alegría eche raíces profundas. Es un ciclo virtuoso donde el aprecio genera más motivos para estar contentos.